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Se parte de la Solución

¿Quieres ser parte de la revolución de la moda? 

Hablar de sustentabilidad es un tema muy común en estos días, pero poco se menciona sobre la cantidad de textil que se deposita a diario en nuestros vertederos, y los del mundo entero... Es un hecho bastante conocido que el textil es el segundo contaminante mayor del mundo, luego del petróleo. 

¿Qué podemos hacer para tratar de controlar la cantidad de textil que se termina descartando?

No podemos cambiar el mundo en un día, pero si comenzamos a adoptar algunas prácticas fáciles y sencillas podemos lograrlo: reutilizando, reduciendo y reciclando. Podemos comenzar adoptando la práctica de comprar conscientes piezas que duren y resistan, que podamos usar múltiples veces. Cuando ya no tengan más uso, podemos convertirlas en nuevas piezas, o reciclarlas.

Les tengo una buena noticia, en Puerto Rico está tomando auge una nueva modalidad: comprar ropa de segunda mano. Si tienes que renovar tu armario qué mejor que donar, vender o intercambiar esas piezas que ya no usas a alguna de estas tiendas, así tus piezas favoritas conseguirán un nuevo dueño y no terminan en el vertedero, añadiendo a los niveles de contaminación ambiental actual.  Lo que ya no sirve para ti, puede ser un tesoro en manos de otra persona. Lo que es viejo para ti, es definitivamente nuevo para otra persona.  

Los beneficios al apoyar este tipo de tiendas son excepcionales!

  • Contribuyes al mercado local, a familias que son cercanas a tu comunidad. 
  • Aportas a reducir las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) y consumo de agua en la manufactura que se promueve al comprar ropa nueva recién sacada de las fábricas textiles.
  • Conseguirás cosas vintage y de moda que  no consigues en los centros comerciales. 
  • Es muy poco probable que encuentres a alguien vestido igual que tu! 
  • Consigues piezas variadas en un solo lugar, son perder el tiempo en muchas tiendas. 
  • Compras ropa de diseñadores y marcas reconocidas. 
  • Por último, pero quizás la mejor razón, compras más con menos dinero, y/o te ahorras mucho dinero al no comprar las piezas nuevas. Este es el mayor atractivo de estas tiendas!

Es una manera muy inteligente de cuadrar tu presupuesto, a la vez que te mantienes renovando tu closet mientras ayudas a tu comunidad y al medio ambiente.

Este tiempo que vivimos por el Covid-19, la industria de textiles ha sufrido muchas pérdidas. Si buscamos una solución, podemos verlo como una oportunidad para que las empresas puedan revisar los estándares de manufactura, las injusticias cometidas con los obreros de la industria, planificar mejor la cantidad de producción, entre otros. En nuestro caso como consumidores podemos desacelerar el consumo desmedido de piezas nuevas (y muchas veces innecesarias) y sobre todo, comenzar a pensar un poco más en el tiempo que invertimos de compras, cuando podemos estar mucho más tiempo de calidad con nuestros seres queridos o haciendo cosas más productivas, como cuidando de nuestro bienestar y/o de nuestro planeta. 

¿Qué piensas? ¿Serás parte de la revolución de la moda?

#BeTheRevolution

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Impacto de la moda en el medioambiente: sé parte de la solución

Muy poco sabía sobre el impacto ambiental de la industria de la moda cuando en 2016 soñé con una pequeña boutique de ropa de segunda mano.  De ahí surgió un ferviente deseo por aprender más, para poder poner mi granito de arena con este proyecto de vida que se llama D’Occasion Boutique, Second-hand Chic. 

Aprendí que el textil es el segundo contaminante mayor en el mundo entero después del petróleo, y que las personas que manufacturan la ropa que usamos a diario no son tratadas justamente, trabajando por espacio de sobre 10-12 horas corridas, con una paga en algunas ocasiones de solo $2 diarios, sí, DIARIOS.  ¿Te imaginas trabajar de esa manera sólo para complacer el fast fashion global?  ¿Habías pensado alguna vez que cuando compramos ropa pudiéramos estar pecando de aportar a esta injusticia social?  Tristemente, de esto no se habla… más es la realidad de la moda.  

Además aprendí que los detergentes que utilizamos desprenden de la ropa microfibras que no se pueden filtrar por su minúsculo tamaño, pero se acumulan en los ríos y mares deteriorando nuestro medioambiente en niveles inimaginables.  Puedo seguir comentando sobre los químicos y tintes que se utilizan para tratar y pintar las telas, y ni hablar de la cantidad de agua que se usa para crear una simple T-Shirt o nuestros queridos mahones. Pero tratar de cambiar o conquistar el mundo como Pinky y Cerebro no sería tan fácil, así que decidí ser ente de cambio y comenzar por mi comunidad inmediata.

Quiero con este pequeño escrito despertar el deseo de mis lectores y lectoras, de cuestionarse y de pensar un poco sobre cómo podemos aportar a mejorar nuestro medio ambiente a través de la moda, o del uso apropiado de la misma. ¡Y sobre todo los beneficios que tenemos y que aportamos al hacerlo! Así que les voy a hablar un poco sobre el Fashion Revolution.

¿Qué es el Fashion Revolution o la revolución de la moda? Un movimiento que se creó en el 2013, luego de que colapsó el edificio Rana Plaza en Bangladesh.  En el mismo murieron sobre 1,100 personas y hubo más de 2,500 heridos, la mayoría mujeres costureras. De ahí comenzaron a cuestionarse los consumidores: ¿quién cose mi ropa?, ¿las compañías saben quiénes son sus suplidores y manufactureros? ¿se cumplen con los estándares mínimos de recurso humano y ambiental? ¡AJA! Se abrió la caja de Pandora…

Probablemente si eres de mi generación, recuerdas cómo la ropa que comprábamos duraba más, al lavarla no se percudía fácilmente y no cambiaba de tamaño (¡nosotros sí! Jaja).  Ese no es el caso de mucha de la ropa de hoy en día, la que llamamos moda rápida o fast fashion. Actualmente nos bombardean con anuncios y propaganda de las últimas tendencias de la moda, lo que nos impulsa constantemente a querer estar al día comprando todo lo que vemos en las redes.  Y muchas veces no nos da tiempo de lograrlo, pues en una o dos semanas, ya la moda cambia y nos mueve a volver a comprar lo próximo. Cual si fuera poco con la constante presión que recibimos con los anuncios, nos sentimos obligados a cumplir con el estándar social de que “no me vean en las redes con la misma ropa”, lo que alimenta nuestra necesidad de seguir comprando ropa nueva. 

Al escoger mejor nuestras piezas, de buena calidad, buena tela de fibras naturales, costuras reforzadas y un poco más clásicas, podemos maximizar el uso y el tiempo que éstas permanecen en nuestros armarios.  De esta manera podemos cuidar nuestro bolsillo, aportar a la desaceleración del calentamiento global y minimizar las injusticias sociales envueltas con el fast fashion.  Añadimos piezas de temporada a esas piezas básicas, cambiamos accesorios, zapatos, prendas y carteras, ¡y listo! 

Una vez estemos conscientes de lo que compramos, no hay vuelta atrás, se vuelve parte de nuestra manera de ver las cosas y querer aportar cada día más a conservar nuestro medioambiente. Para ayudarte a comenzar a tener un estilo de vida un poco más sostenible, puedes ser parte de las miles de personas que han optado por comprar primero en tiendas de segunda mano, antes de aportar al fast fashion. Te sorprenderás de los tesoros que consigues y de lo mucho que tu bolsillo se beneficiará.

¿Qué opinas? ¿Te unes a ser parte de la revolución de la moda? #BeTheRevolution

 

A veces necesitamos una amiga… para hablar de moda…

 ¡Creo que no a veces, sino SIEMPRE! 

Desde pequeña veía las fotos de mi mamá y me asombraba su sentido de la moda. De 8 hermanos, 4 eran mujeres y casi todas de edades similares.  Me las imaginaba prestándose sus piezas, discutiendo sobre quién iba a usarlas primero, pidiéndole a mi abuela que les cosiera cosas a su medida y luego preparándose para salir.  Las imaginaba maquillándose, planchándose el pelo (literalmente con la plancha de ropa) y escogiendo sus accesorios con mucho cuidado.

Creo que la pasión por la moda y la ropa la heredé de mi mamá y mis tías.  Recuerdo a mami siempre bien vestida y cuando salía con piezas de hilo, estaban súper planchadas y tostadas con almidón (¡y se enojaba cuando le planchaban mal las cosas en el laundry!) Siempre salía de la casa maquillada, de punta en blanco, combinada hasta los zapatos.  La más pequeña de mis tías era solo 12 años mayor que yo, así que ya la moda había cambiado un poco cuando era adolescente. Le encantaban los mahones bien pegados (Los PEPE) y las camisas cortas y pegadas, (ahora crop tops).  Su manera de vestir era muy diferente a la de sus hermanas, pero siempre impecable.

Imagino que al leer esta columna te vendrán a la mente tus propias vivencias en cuanto a la moda, sobre todo esos años de escuela intermedia y superior donde todos competían por quién tenía lo último en el mercado. O cuando comenzaste a trabajar y tuviste que cambiar tu guardarropa por uno más profesional, buscando tu propio estilo y el que se acomodara a tu presupuesto, sin perder ese toque “chic” y único que siempre queremos tener.

Pero no importa en qué momento de nuestra vida de aficionadas de la moda estemos, siempre hay una amiga que está dispuesta a acompañarnos de compras o con la que podemos sentarnos horas a ver revistas o hablar de ropa, maquillaje y estilos de cabello. (¡Sé que ahora mismo tienes a esa amiga en mente!)

Recuerdo cuando era pequeña que mis primas mayores tenían su guardarropa lleno de piezas acomodadas por categoría. Mi tía les cosía todo lo que veían en las revistas, nunca repetían ropa para ninguna actividad, y se intercambiaban las piezas entre ellas. Tenían esa ventaja que no gastaban mucho dinero, siempre se veían bien y nadie tenía su misma ropa. (¡El sueño de todas nosotras!) Esa misma tía fue la que confeccionó mi traje de bodas, así que a mí me tocó un pedacito de su encanto.

Ya de más grande, mis recuerdos eran de las muchachas chic de la escuela mirando revistas, sacando los posters de los chicos lindos y pegándolos en las paredes del cuarto, llenando los cuestionarios para saber cuál era su amor ideal y mirando las últimas tendencias de la moda.  De esas vivencias aprendí a tratar de imitar las modas con piezas que tenía ya en mi closet, ya que el poder adquisitivo de mi familia no era el mismo que el de ellas. Así desarrollé el “ojo” para vestir bien, con poco dinero. ¡Ah! Y de ir directamente a los racks de especiales cada vez que entraba a las tiendas, lo que sigue siendo aún mi estilo de comprar. También recuerdo pedirles los trajes prestados a mis amigas, se los llevaba a mi abuela, los descosía, ¡les sacaba el patrón y los montaba igual o mejor de lo que originalmente eran! Así yo tuve también la experiencia de tener piezas de moda, que solo costaban lo que me salía comprar la tela.

Y ni contarles de mi trabajo los últimos 12 años antes de abrir D’Occasion Boutique, en el campo de la belleza y cuidado de la piel. ¡Cada outfit era fríamente calculado, y ahí sí tuve muchas amigas para hablar del tema! 

Lo que quiero compartir con este escrito, es que siempre es bueno tener alguien con quien hablar de moda, ¿por qué? Porque son esas amigas sinceras que nos dicen lo que nos queda bien, y que solo con mirarles las caras sabemos lo que no.  Esos ratos de irnos de compras que son justos y necesarios para nuestra sanidad mental, principalmente ahora en este tiempo que ya estamos un poco más cerca de nuestra nueva normalidad.  Pero, sobre todo, porque el estilo de comprar y la moda actual están tomando giros inesperados, compras online y compras sostenibles son el último grito, y están muy de moda, sobre todo las tiendas de segunda mano. Y qué mejor que tener una tienda de segunda mano donde encuentras amigas con quien hablar de moda, y donde te buscan los gustos y te asesoran cómo vestir, sin afectar para nada tu bolsillo. Es lo mejor de dos mundos.

Nuestro concepto D’Occasion Boutique es este espacio donde podemos compartir todas estas vivencias y ser esas amigas con las que quieres estar cuando de moda se trata. Lo más hermoso, que ya nuestras clientas están compartiéndolo con otras generaciones. Ya tenemos abuelas, madres, e hijas que han cambiado su manera de comprar y están vistiendo con una nueva visión, ayudar al planeta sin sacrificar calidad, apoyando nuestra meta: que ningún textil termine en el vertedero.

¡Te esperamos en nuestras tiendas para hablar de moda y más!